La pasada semana, Zenón Jiménez-Ridruejo -catedrático y uno de los mejores economistas de nuestra querida España, además de un buen amigo- me invitó a dar una conferencia en la facultad de economía de Valladolid. Este economista observador nació en Palencia y los jóvenes españoles de la localidad van a esa facultad a estudiar, por lo que me hacía mucha ilusión. Cuando entré y vi el aula magna llena me impactó.
Con los años he aprendiendo a dejar fluir mis emociones y aprovechar la energía que generan. Siempre estoy motivado pero en mi tierra, con el auditorio lleno de los jóvenes españoles, que son el futuro de nuestro país y de mis pensiones, la motivación fue máxima.
Toda la charla fue en positivo basada en mi propia experiencia vital. A este economista observador también le metieron miedo en la facultad con la globalización y la revolución tecnológica. El miedo es una emoción con la que hay que convivir y saber gestionar. El delito es ser un cobarde y no luchar para cambiar esa realidad.
Los jóvenes españoles que estudian económicas o empresas tienen 25 veces más probabilidad que un joven medio de encontrar empleo.
La tasa de paro con estudios universitarios es del 9%, la mitad que el promedio. Y el joven que estudia económicas o empresas tiene 25 veces más probabilidad que un joven medio de encontrar empleo. Por lo tanto, la clave es qué tipo de empleo y el salario. Les motivé para aprovecharan los años de universidad que son determinantes para tu renta permanente. Les animé a salir con ambición y aspirar a un buen trabajo, ganar mucho dinero, pagar muchos impuestos con los que formar a los siguientes generaciones y garantizar mi pensión.
Les expliqué que para que ellos puedan tener buenos sueldos necesitamos empresas competitivas e innovadoras en este entorno global y de revolución tecnológica. Esas empresas sólo pueden sobrevivir en ese entorno sobre la base de su capital humano y tienen que pagar sueldos altos para retener el talento. Teoría de Salarios de Eficiencia. Les conté el ejemplo de Zara, que empezó como autónomos y son el líder mundial. España necesita muchas Zara en todos los sectores para mejorar nuestro nivel de vida y nuestro estado del bienestar.
Defendí el papel del estado a la hora de desarrollar leyes que permitan el entorno favorable para conseguirlo, que luche contra los oligopolios y conseguir que las leyes se cumplen; para garantizar el acceso igualitario a la educación independientemente del nivel de renta de los niños; para formar y adaptar nuestro capital humano a la revolución tecnológica; para colaborar con las empresas innovadoras y sus universidades y así llegar a una economía del conocimiento; y, por supuesto, para desarrollar redes de protección que protejan de la pobreza a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Es el modelo socialdemócrata clásico, y Zenón y este economista observador somos socialdemócratas creyentes y practicantes, pero adaptado al siglo XXI con globalización y revolución tecnológica. Como dijo Olof Palme “a mí no me preocupa que haya ricos, me preocupa que haya pobres.” Define bien el concepto de Maximim de John Rawls. Los ricos que invierten en actividades innovadoras, crean empleo y pagan impuestos. Y el estado se concentra en educar a TODOS y a erradicar la pobreza y la desigualdad extrema.
Yo soy un buen ejemplo para los jóvenes españoles y la atención y el aplauso que me dieron al acabar la conferencia no se paga con dinero. Vengo de una familia muy humilde de tierra de campos y con estudios en una universidad pública. Con esfuerzo y dedicación he conseguido escalar en escalafón social por méritos, fiel a mis principios y sin tener que pisar a nadie. Yo soy lo que soy gracias a la intervención del estado en educación y ahora quiero devolver a la sociedad todo lo que me dio.
El lema que transmití a los jóvenes españoles: si quieres, puedes y si puedes, debes.
Yes we can.
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